Consejo de los profesionales de EMBY
Si estás pensando en posponer la maternidad, es recomendable considerar la preservación de la fertilidad antes de los 35 años, ya que es en este momento cuando los ovocitos son más «jóvenes» y tienen una mejor calidad para ser utilizados en futuros tratamientos de reproducción, lo que aumenta las posibilidades de lograr resultados exitosos. A partir de los 36 años, la reserva de ovocitos disminuye significativamente.
En el caso de mujeres jóvenes que tienen una respuesta baja a la estimulación ovárica, vitrificar los ovocitos obtenidos en diferentes ciclos puede ser la opción más recomendable. Esto permite acumular suficientes ovocitos para aumentar las probabilidades de obtener embriones y mejorar las posibilidades de éxito en un ciclo de reproducción asistida.
Además, en casos de tratamientos oncológicos (tanto mujeres como hombres), la preservación de la fertilidad es un «must» para mantener la oportunidad de tener hijos en el futuro con gametos propios. Esto también es relevante para niños y niñas en etapa prepúber, ya que en esa etapa aún no se considera el deseo reproductivo, pero es esencial pensar en el futuro y preservar la fertilidad.
Es importante destacar que los tratamientos de reproducción asistida con gametos criopreservados (ovocitos y espermatozoides congelados) tienen tasas de supervivencia muy altas, alcanzando el 95% en pacientes jóvenes. Esto se debe a que, como se menciona al principio del artículo, estos gametos conservan sus propiedades y estructuras intactas durante el proceso de criopreservación.
En conclusión, la preservación de la fertilidad es una buena decisión para aquellos que desean planificar su futuro reproductivo. Ya sea para posponer la maternidad, enfrentar tratamientos médicos o considerar la fertilidad cuando se plantea una transición de género, esta opción ofrece esperanza y mayores posibilidades de éxito en el camino hacia la paternidad y la maternidad deseada.