Construyendo la identidad
La identidad se conforma desde la infancia, siendo hacia los tres años el momento en que los niños empiezan a ser consciente de ella, de la imagen de sí mismos y de los demás. Suele ser el momento, por ejemplo, en que aparece la identidad sexual y empiezan a preguntarse por sus orígenes con preguntas del tipo ¿cómo he llegado yo a la barriga?, ¿dónde estaba yo antes de nacer?, etc.
En los últimos años parece existir un consenso científico en el campo de la reproducción asistida en cuanto a que el mejor momento para la revelación de los orígenes genéticos es de los 5 a los 8 años. Se prioriza esta edad por ser el momento en que empiezan a preguntar y a su vez se les puede ir respondiendo en función de su comprensión madurativa.
Algunas personas prefieren esperar entre los 8 y 10 años ya que es entonces cuando se adquiere la capacidad para diferenciar y entender lo que es una información que pertenece al ámbito familiar privado de lo que no lo es, y, por tanto, mantenerlo en el núcleo familiar. Esta estrategia se denomina “Revelación en el Momento Adecuado”, o en términos anglosajones right-time, finaliza como máximo antes de la adolescencia.