Día Mundial de la Salud Mental
Cuando hablamos de reproducción asistida y salud mental es fácil que hablemos del estrés y la ansiedad que producen los tratamientos, o de los efectos nocivos de estos problemas sobre la fertilidad.
Pero al final nos olvidamos de otros muchos problemas de salud mental, muy graves, como la depresión, el trastorno bipolar, la esquizofrenia, etc.
¿Estamos contribuyendo al estigma de las enfermedades mentales en la medicina reproductiva?

El acceso de las mujeres con enfermedades mentales a la reproducción asistida: un reto por superar
El deseo de formar una familia es un derecho que tienen todas las personas, incluidas aquellas que enfrentan enfermedades mentales graves. Sin embargo, cuando se trata de acceder a tratamientos de reproducción asistida (TRA), las mujeres con patologías mentales se encuentran con barreras importantes que no solo afectan su capacidad de convertirse en madres, sino que también ponen en cuestión sus derechos reproductivos. Para este grupo de personas el acceso a la atención adecuada y la toma de decisiones informadas sobre su fertilidad sigue siendo un gran desafío.Enfermedades mentales y reproducción:
Las enfermedades mentales graves como la esquizofrenia, el trastorno bipolar y la depresión mayor afectan a la vida diaria de una manera total, y el acceso a los servicios de reproducción asistida no es una excepción. Existen varios problemas a los que se enfrenta las mujeres con estos problemas de salud:Estigma social y prejuicios médicos:
Uno de los mayores obstáculos para las mujeres con enfermedades mentales que desean someterse a tratamientos de fertilidad es el estigma social que rodea tanto la enfermedad mental como la maternidad. Muchas veces, se cuestiona si una mujer con una enfermedad mental grave está en condiciones de cuidar a un hijo, lo que lleva a actitudes negativas por parte de los profesionales de la salud y la sociedad. En algunos casos, se ha informado que ciertos médicos pueden dudar en ofrecer tratamientos de reproducción asistida a estas mujeres, basándose en la preocupación por su capacidad para llevar un embarazo o criar a un niño.Impacto de los medicamentos psiquiátricos
Otro desafío significativo es la interacción entre los medicamentos utilizados para tratar las enfermedades mentales y los tratamientos de fertilidad. Muchos fármacos psicotrópicos, como los antipsicóticos, estabilizadores del ánimo y antidepresivos, pueden tener efectos sobre la fertilidad o el desarrollo fetal. En algunos casos, puede ser necesario interrumpir o ajustar el tratamiento psiquiátrico antes y durante los procedimientos de reproducción asistida, lo que conlleva el riesgo de desestabilización de la enfermedad mental. Esta situación puede generar miedo en las mujeres, ya que priorizar su salud mental puede parecer estar en conflicto con su deseo de ser madres.Decisiones sobre la salud reproductiva
Las enfermedades mentales también pueden afectar la capacidad de tomar decisiones informadas sobre los tratamientos reproductivos. Algunas mujeres con patologías graves pueden tener dificultades en la toma de decisiones o en la comprensión de los riesgos y beneficios de los tratamientos, lo que hace fundamental contar con un apoyo integral de profesionales de la salud mental y de la fertilidad. La información clara y el apoyo emocional son cruciales para que estas mujeres puedan tomar decisiones autónomas y responsables.Derechos reproductivos y acceso a la reproducción asistida
El acceso a la reproducción asistida para mujeres con enfermedades mentales no está siempre garantizado, y esto plantea una cuestión ética y legal. En nuestro pais estar sano es una condición para poder realizar tratamientos de fertilidad, pero es obvio que la completa salud mental, física y social es una utopía. De la misma forma que se pueden realizar tratamientos aunque persistan otras condiciones crónicas de otro tipo, patología endocrina, autoinmune, digestiva, etc. las patologías psiquiátricas no deberían ser una negativa directa a la realización de una técnica de reproducción. Es fundamental recordar que la capacidad de una mujer para criar a un niño no debe ser juzgada únicamente por la presencia de una enfermedad mental. Muchas mujeres con trastornos graves logran llevar una vida estable y satisfactoria, controlando sus síntomas con tratamiento adecuado y apoyo social. Privarlas del derecho a ser madres basándose en su diagnóstico puede ser una forma de discriminación, ya que la maternidad no es un privilegio reservado solo para quienes cumplen con ciertos estándares de salud mental.Un enfoque multidisciplinario
Es esencial un enfoque que integre la psiquiatría, la ginecología y la medicina reproductiva. Las mujeres con enfermedades mentales deben contar con un apoyo psiquiátrico especializado durante todo el proceso, así como con un asesoramiento reproductivo que les permita tomar decisiones informadas. Además, contar con una red de apoyo social es fundamental para afrontar el embarazo y la maternidad de manera saludable. Siempre que acudía a nosotros, al igual que hacemos con las familias con otro tipo de enfermedades crónicas, os pedimos que nos pongáis en contacto con vuestro médico especialista responsable, para poder discutir con él el caso y ver cuál es la mejor opción para vuestro caso. Garantizar que las mujeres con enfermedades mentales graves puedan acceder a tratamientos de reproducción asistida es un reto que debe abordarse con sensibilidad. Romper con el estigma y asegurar una atención médica multidisciplinaria es clave para respetar sus derechos reproductivos y ofrecerles la posibilidad de formar una familia.